Muchos juguetes y aparatos electrónicos usan baterías de botón pequeñas. Estas baterías son a menudo tragadas accidentalmente por niños pequeños, y a veces por adultos. Cada año en los Estados Unidos, más de 3.500 personas de todas las edades ingirieren estas baterías en forma de disco pequeñas o “pilas de botón”. Un estudio de 2,382 casos de ingestión de baterías en un registro nacional demostró que 44.6% de las baterías se obtuvieron de un aparato auditivo. En el 32.8% de estos casos, la batería fue obtenida del propio aparato auditivo del niño. En ocasiones, los adultos se tragan las pilas de discos al ponérselas en la boca mientras cambiaban las pilas o al confundirlas con sus pastillas. Aunque la mayoría de estas baterías pasan sin incidentes el tracto gastrointestinal (GI), de vez en cuando se pueden alojar en el esófago y causar lesiones.
Las pilas de botón más comúnmente ingeridas son de 11.6 mm de diámetro o menos. Otros diámetros de baterías estándar son de 15.6 mm y de 23.0 mm. Los químicos que se encuentran en estas baterías incluyen óxido de mercurio, óxido de plata, dióxido de rnanganese, zinc y litio. Un electrolito alcalino también está presente y es generalmente de 26 a 45% de hidróxido de sodio o hidróxido de potasio. Baterías alojadas pueden causar lesión tisular local a través de varios mecanismos diferentes. El hidróxido de sodio o hidróxido de potasio puede escapar del interior de la batería causando daño tisular. Además, la electrólisis de cloruro de sodio puede formar hidróxido de sodio que puede causar lesión tisular aunque no tenga fuga la batería. Otro contribuyente puede ser una corriente eléctrica que pasa a través del tejido. Una batería alojada puede ejercer presión constante contra el tejido resultando en daño a los tejidos por aquella presión. Aunque las baterías que contienen mercurio regularmente tienen fugas, no se han observado casos de toxicidad de mercurio.
Se recomienda hacer una radiografía en todos los casos que se sospecha ingestión de una pila de botón para localizar su posición. Las baterías situadas en el esófago requieren extracción endoscópica de inmediato. Lesiones en el esófago pueden ocurrir dentro de 6 horas de ingestión. Si la batería ha pasado el esófago, el paciente puede irse a casa con instrucciones de como inspeccionar el excremento para confirmar el paso de la batería. Se recomienda repetir los rayos X en 4-7 días si la batería no se encontró en el excremento, o si el paciente desarrolla síntomas como vómitos, sangre en el excremento, fiebre, dolor abdominal, o falta de apetito. En algunos casos, puede tardar hasta 14 días para que pase la batería. Extracción endoscópica o quirúrgica también puede considerarse en casos cuando la pila deja de avanzar a través del tracto gastrointestinal. Una palabra de advertencia: a veces es imposible distinguir entre pilas y monedas en los rayos x. Esto ha resultado en problemas más severos debido a la eliminación retardada de la batería.
Si cree que alguien podría haber tragado una pila de botón, llame a su centro local de envenenamiento inmediatamente al 1-800-222-1222. Los centros de envenenamiento están abiertos las 24 horas del día, siete días a la semana, todos los días para emergencias de envenenamiento o para llamadas informativas.
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